Mamá tengo hambre.

Mamá tengo hambre. Cuantas veces ha dicho eso un niño a su madre?


Según la FAO: Aproximadamente 200 millones de niños menores de 5 años padecen síntomas de malnutrición aguda o crónica, cifra que aumenta en los períodos de escasez estacional de alimentos y en épocas de hambre y desórdenes sociales. Según algunas estimaciones, la malnutrición es un factor importante entre los que determinan, cada año, la muerte de aproximadamente 13 millones de niños menores de 5 años por enfermedades e infecciones evitables, como sarampión, diarrea, malaria, neumonía y combinaciones de las mismas.

Estas madres ven como sus hijos lloran porque no pueden darles algo que llevarse a la boca, ven como sus propios pequeños llegan a ser solo huesos y piel, hasta que un día ese hijo muere en sus brazos porque no tienen algo tan esencial como comer.

Acabar con el hambre supone, que se produzcan suficientes alimentos y que éstos estén disponibles para todos. La contribución de cada uno de nosotros es absolutamente necesaria para garantizar el derecho fundamental de todos los seres humanos a vivir en un mundo libre del hambre. No podemos arreglar el mundo, pero podemos solventar esas necesidades precarias que en países desarrollados no existen, dar de comer a una persona que no tiene nada que llevarse a la boca.

La próxima vez que tu hijo te diga: Mamá tengo hambre. Acuérdate de esas madres y de sus hijos y solidarízate con ellos.


Alea (E.M)